lunes, 22 de noviembre de 2010

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Abres los ojos, y despiertas en un sitio que no conoces, una cama que no es tuya, un cuarto, que no has visto jamás y te preguntas donde estoy, donde me he metido, que pasó anoche, que diablos he hecho, y en ese momento, lo notas, una mano, cálida pasea caprichosamente por tu espalda, vagando por tu cuerpo, navegando con dulzura por tu piel, y te rodea, intentando abrazarte. Absorto, te das la vuelta, mientras miles de ideas pasan velozmente por tu cabeza, intentado encontrar sentido aquello…pero nada lo tiene… Cuando terminas de dar la vuelta, cierras los ojos, por miedo a ver qué vas a encontrar, no quieres a nadie más que no sea ella, y no quieres ver que has cometido un error, ni ver que te has mostrado con otra persona, como si fuese ella, que le has regalado tu amor a la persona equivocada, que la has tratado como si fuese ella… Te susurra algo en el oído, y te produce un cosquilleo que impide que la oigas bien, pero, tu corazón es sabio, y reconoce su voz, reconoce quien es, reconoce que no te has equivocado, que era ella, y que la has tratado como se merece, con lo más profundo de tu corazón… En ese mismo instante abres los ojos, y ahí está, más preciosa que nunca, recostada, a tu lado, con una sonrisa en sus labios, y esos ojos tan magos que te encandilan cada vez que los miras, no te lo crees, y sin saber por qué, una lagrima decide suicidarse, y recorrer un largo camino por tus mejillas…la voz, entrecortada, y tímida intenta que suene, lo menos dolorosa posible, y le susurras que esto no es cierto, no puede ser real, ella, solo sonríe, y te calla dándote un beso, y la vuelves a mirar, y le dices, que todo, es un sueño, ella, asiente, y  con aquella sonrisa colocada en sus labios, te mira, de una manera tan tierna, que aun, te parte más el corazón…
No, no quiero, no quiero despertar, te acurrucas en sus brazos, y tus lagrimas, comienzan a salir de tus ojos sin cesar, no las puedes contener, hasta los tipos duros lloran, y torres más altas han caído, su voz, tan melódica como siempre, comienza a serpentear hasta llegar a tus oídos, y trasporta unas palabras, que nunca pude olvidar, me decían, que tenía que despertar, que tenía que seguir con mi vida, mientras, yo, negaba con la cabeza y maldecía aquella imaginación que tenia, y me repetía a mí mismo, que no, que no, que no quería despertar, que realmente quería vivir en aquel sueño para siempre, aquella debería de ser mi vida real, y la que llevase ahora, no más que una simple pesadilla… Noté como sus labios, me rozaban la frente, y me daban un tierno beso, un beso, cargado de amor, cargado de cariño… Alcé la mirada, y ella, como siempre, con aquella sonrisa, me dijo, no llores pequeño, no llores, no debes de nublar tus pensamientos por un sueño… Un sueño, que para mí, era perfecto, y acurrucado en su pecho, rompí a llorar, notaba su calor, su suave piel, como su pelo, serpenteaba caprichosamente por mi cuello, y de repente….nada, todo se tornó oscuro, frio, un silencio ensordecedor me  rodeaba, un frio inhumano me recorrió la espalda, notaba como mis ojos, pegados a la almohada intentaban no despegar sus parpados, y como una almohada empapada, me mojaba mi fría cara….una noche más, de sabanas frías y húmedas, solo, y viviendo sueños de los cuales, nunca quise despertar…

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