lunes, 27 de septiembre de 2010

suena demasiado bien.
Jugar al azar,
nunca saber dónde puedes terminar...
o empezar.

un sintentido, con mucho significado...

Miras el reloj, y parece que las agujas retroceden y paran a su antojo, los minutos son horas, los días semanas, sonríes siempre, sin saber por qué, actúas, de forma como si te estuviese viendo, el sol calienta mas, ilumina mas, el cielo mas azul que nunca, las nubes cierran por vacaciones, la gente parece estar mas contenta, y parece que incluso las cosas que te salen mal, no te importa tanto, das carcajadas sin pensar,te acuestas tarde intentando no cortar lo que es perfecto, y te desvelas en mitad de la noche y no puedes dormir, no pegas ojo, y no estas cansado, parece, que hoy es un día perfecto, y sabes que mañana lo volverá a ser, te sientes contento contigo mismo, cuando te miras a un espejo, te miras a los ojos intentando ver lo que en tu retina se quedó grabado, pasas horas recordando, no vives en el pasado, pero tampoco vives en el presente, y en el futuro no te da tiempo a pensar, tus ojos brillan, los que te conocen, al verte se alegran y a su vez se echan las manos a la cabeza, eres capaz de pensar cosas descabelladas, y de intentar que cada plan sea perfecto, para llevarte como recompensa una sonrisa, coleccionas miradas, gestos y sensaciones, y las intentas grabar a fuego para no olvidarlas, consigues calmar tus latidos, para volver a acelerarlos, tienes las manos frías, y aunque no lo quieras decir, sabes por qué...

sábado, 25 de septiembre de 2010

no debo, pero quiero....

Fingir algo que no soy, mentirme a cada instante, negar lo evidente, intentar mantener la mente en blanco, cuando todo te da vueltas, cuando sientes algo, que no deberías de sentir, cuando piensas cosas que no deberías pensar, ¿como engañar al corazón? Intentas convencerte, tu razonamiento ético lo niega, sabe que no debe de pasar, que no debe suceder, tus sentimientos...Tus sentimientos no puedes controlarlos...Crees que puedes ser racional, que nada te puede afectar, y cuando mas cercas estas, la miras, y tu corazón empieza a latir más y más rápido, las piernas tiemblan, la voz se entrecorta, y la respiración se descontrola, aun sigues pensando que no debe pasar nada, y a lo lejos, un toque le locura, te susurra que hagas lo que te dicte el corazón, intentas sobreponerte, pero sus ojos se clavan en lo más profundo de ti, y la miras. mientras te habla una parte de ti, no puede olvidar lo que sientes, y miras sus labios queriéndolos besar, y le miras a los ojos pensando en confesarle todo aun sabiendo que no debes. Cuando nos separamos, me maldigo, y dejándola marchar, sientes como una parte de ti se va con ella. Al quedarte solo, intentas seguir controlándolo, autoconvenciendote de que no pasa nada, pero es demasiado tarde, ella sigue dando vueltas y vueltas en tu cabeza, sientes algo...más que una simple amistad

lunes, 20 de septiembre de 2010

una noche, perfecta...

Ella levanta la mirada, debe ser él, corre hacia la puerta, nerviosa, con su mejor ropa, con sus mejores galas.
Abre la puerta, y ahí está el, ojos claros, pelo negro, con unos vaqueros, y su cazadora de cuero, ideal, perfecto.
Al pasar, su perfume inunda la habitación, es algo dulzón, pero tiene un toque salvaje que le gusta. Ella algo nerviosa, le invita a una copa, y el, algo dubitativo, la acepta. Ella saca la botella de champán que tenia reservada para la ocasión, y coge sus dos mejores copas, va mirándose en todos los espejos, los cristales, está insegura, y quiere estar perfecta.
Hablan, el es inteligente, sabe escuchar, y tiene un toque gracioso, ella simpática con una sonrisa preciosa, y carismática.
De repente, sin mediar palabras, él se lanza, he intenta robarle un beso, un beso tan suave que solo roza sus labios, al separarse, muestra una sonrisa perfecta, y se toca el pelo, esperando ser aceptado. Ella, tras abrir sus ojos, se lame sus labios, intentando no dejar escapar su sabor, acto seguido, le sonríe, se levanta y se dirige al cuarto, lenta, pero decidida, movía sus caderas a un son inigualable, el sonido de sus tacones resonaban por la habitación. El estaba hipnotizado por sus andares, ella sabia que le miraba, y escondía una sonrisa picarona. Al llegar a la puerta, ella se dio la vuelta, y recostandose sobre la puerta y colocando la mano en el marco lo miró, sonrió y dijo:-"¿no vienes?". Él mudo y algo intimidado asintió con la cabeza y se levantó, al llegar a la habitación, el corazón se le paró, su aliento se entrecortó, no podía respirar, ella se había quitado su camisa, y sus pantalones, y se mostraba ante el con un conjunto de lencería negro, con encajes rojos, medias hasta medio muslo, unas braguitas negras de encajes de seda, con un pequeño lazito rojo, a juego con el sujetador.
Tras el primer sobresalto, comenzó a tomar aliento, pudo oír de fondo la música que desprendían los altavoces, y pudo oler el perfume de las velas que estaban colocadas caprichosamente por la habitación. El la tomo de su mano, y la ayudó a levantarse de la cama quería disfrutar del momento, guardar aquella imagen de perfección. Comenzó a acariciarla, tan levemente que sus dedos apenas le tocaban la piel, su boca se dirigió a su cuello, comenzó besando detrás de su oreja. Ella notó como se le erizaban todos los pelos de su piel, no podía sostener su aliento, su corazón bombeaba cada vez más y más fuerte. Él continuo por su cuello, mientras besaba, acariciaba y mordía, sus manos libraban otra batalla, su mano derecha acariciaba su pecho, mientras que su mano izquierda desabrochaba el sujetador, cuando este cedió y dejó contemplar lo que ocultaba. Él, bajó su mirada, y su respiración volvió a cortarse, eran, perfectos, y descubrían, la excitación de ella. De repente, ella sin poder resistirlo mas, se desizo de sus manos, y comenzó a desnudarlo, al desabotonar lentamente su camisa mientras miraba profundamente sus ojos. Su pecho duro como la roca, su torso, parecía esculpido en mismísimo mármol, recorría sus abdominales uno a uno, como si estuviese tocando algo tan perfecto que no podía ser real. Su cintura, marcada por sus abdominales, dibujaban un camino, el camino del placer, que ella estaba deseando de descubrir. Al desabrochar el botón de su pantalón algo extremadamente duro luchaba por salir, tapado por unos calzoncillos negros que cubrían hasta la parte superior de su muslo, con una cinturilla ancha blanca, un bulto enorme luchaba por escapar, por mostrar todo su esplendor.
Él continuó besándola por la espalda, recorría con su lengua y sus labios, su cuello, mientras bajaba poco a poco por su columna, no quedaba centímetro sin besar, lamer o morder. Él la tumbó con tanta suavidad en la cama que ella creía que estuviese volando, ella notó como sus fuertes manos la agarraban con firmeza, pero muy dulcemente. Comenzó a besar sus pechos, ella comenzaba a arquear su espalda, y a mover sus caderas, quería mas. Él paciente y con mucho cuidado comenzaba a descender, su ombligo, su pelvis...poco a poco se acercaba al punto mas caliente, al mismísimo placer. Ella no lo aguantaba más, lo quería todo, quería sentir más, quería que él llegase ya, sus gemidos aun leves, cada vez eran mas continuos, sentía como se le erizaba el pelo, como algo recorría desde su cuello hasta el final de su espalda. Él comenzó a lamer sus ingles, bordeando lo que ella quería que lamiese, haciéndose de rogar. Ella lo agarro del pelo, y cerrando sus piernas al rededor de su cabeza lo llevó hacia sí, había explotado lo necesitaba ya. Su lengua húmeda, caliente y dura no dejaba nada por lamer, con sus dedos separó sus labios más externos para encontrarse con lo mas deseado. Con su lengua se dirigía hacia donde sus labios se unían, y comenzó a lamer y a soplar suavemente, notaba como se hinchaba en su boca, oía como jadeaba, como parecía que no podía soportarlo más. Ella agarraba las sabanas mientras intentaba ahogar sus gritos, su respiración era incontrolable y su corazón bombeaba de forma ensordecedora. No podía soportarlo, lo necesitaba dentro de ella, le agarro con sus dos manos de forma decidida y le ayudó a colocarse sobre ella. Él con una voz tan suave que casi no se percibía le dijo a su oído:"te deseo". Ella decidió tomar el mando, lo tumbó en la cama, y comenzó a mover su cinturas en círculos, notaba como su miembro estaba a punto de estallar, como palpitaba entre sus piernas, lo tomó con sus manos y comenzó a introducirlo poco a poco, cada dos centímetros que avanzaba, uno retrocedía, hasta que se encontró totalmente dentro de ella. Durante unos segundos ambos se quedaron callados, mirándose a los ojos, sentían como sus miradas se clavaban en lo mas profundo. Ambos no podían sosegar su respiración. Ella comenzó a deslizarse sobre él como si de una silla de montar se tratase, comenzó a mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás, estaba tan profunda que podía notar como sus labios rozaban la pelvis de él. Notaba como cada vez estaba más y más húmeda, una pequeña gota de sudor frío recorría toda su espalda, no podía más sentía que iba a explotar. Acto seguido, él se incorporó y abrazándola la tumbó en la cama, no quería seguir siendo el pasivo, necesitaba mandar, llevar el control. Tomó la pierna izquierda de ella y la colocó en su hombro, era la hora, comenzó a embestir, dulce pero salvaje, tierno pero intenso. Ella notaba como volaba por la habitación, notaba como palpitaba su zona más intima como era sacudida una y otra vez, puso su mano izquierda en la espalda de él, y la derecha en su nalga, atrayéndolo hacia ella, quería más, necesitaba más, no podía evitarlo, su mano se tensaba, sus uñas arañaban la espalda de él, estaba fuera de sí, fuera de control, notaba como cada vez, su sexo cada vez palpitaba mas y mas, no podía aguantar sus labios se abrieron para dar paso a un grito sordo, estaba a punto, él no podía aguantarse, le excitaba, verla a ella, le excitaba como se movía, notaba como la base de su miembro comenzaba a vibrar, a palpitar, acometida tras acometida, embestida tras embestida, ambos estaban apunto. Ella comenzaba a arquear la espalda, todo estaba a apunto, era el éxtasis, su cuerpo estaba relajado y tenso a la vez, notaba como todos los poros de su piel se abrían, como todos sus pelos se erizaban, un cosquilleo recorrió toda su espalda como si de electricidad se tratase, no podía oír, no podía ver, todo su cuerpo se había centrado en su bajo vientre, notaba como algo caliente se desbordaba dentro de ella, no tenia dolor, no sentía nada, solo podía sonreír, no podía articular palabra, todo era perfecto.

De repente, suena el timbre de la puerta, abre los ojos, estaba en el sofá sentada se levantó corriendo a abrir la puerta, y ahí está el, ojos claros, pelo negro......

primer borrador

pi, pipipipi, pipipi! - grita el despertador- apenas se considera día, cuando perezoso intento resucitar. Al levantarme un dolor se aloja en mi cabeza, parece que hoy vuelvo a levantarme con mal pie.
Con la habitación a oscuras, intento buscar las zapatillas, sé que al menos una está escondida debajo de la cama, ellas también tienen su rutina.
Aun soñoliento, vago por el pasillo, tenuemente iluminado por las incansables farolas de la calle, y me adentro en el oscuro cuarto de baño. Un fluorescente parpadea perezosamente, hasta que la consigue vencer su vagueza y se proclama triunfante alumbrando el pequeño cuarto. Me miro al espejo, donde apenas reconozco al que se asoma por el, está cansado, soñoliento y aparenta más edad de la que tiene, los años le están pasando factura muy rápidamente, apenas cumple la treintena y ya comienzan a aparecer arrugas, tal vez deba comprar esos productos milagrosos de las teletiendas...
Como puedo, me lavo la cara he intento sonreír pero solo soy capaz de poner una mueca de lo que podría parecer una sonrisa malvada.
Camino a la cocina tropiezo con la inmensa pila de periódicos viejos que amontono en el salón, llevan años ahí y nunca me acuerdo. La cafetera comienza su ritual de silbidos y chirridos como de costumbre, mientras saco mi viejo tostador. Abro el frigorífico, que está tristemente poblado con algunas hortalizas, botellas de refrescos rellenas de agua, y algún que otro bote de salsa, al coger la leche, un olor nauseabundo recorre la distancia rápidamente, -genial, hoy, toca café solo...- saco el pan del congelador, y lo introduzco en el tostador.
me tomo el café mientras intento masticar un pan aun medio congelado, con una mantequilla que podría llevar un año y medio en el refrigerador...-Mierda, se me ha hecho tarde- me coloco la ropa casi sin mirar que me pongo, y salgo a toda prisa con mi maletín, donde suelo llevar algunos folios en blanco y un par de plumas, solo lo llevo porque da caché, y la corbata a medio anudar, y fuera en el descansillo, mi querido y energético vecino con su perro y un ridículo chandal de una tela que parece imitar al terciopelo...- buenos días vecino, ¿vamos a hacer algo de ejercicio?- simpáticamente me mira intentado imitar una sonrisa en la cual muestra todos sus dientes atestados se sarro y con un color que supera el marrón y contesta perezosamente - Que te jodan- los dos minutos que tarda en descender el ascensor se hacen eternos, parece que el ascensor disfrute con los silencios incómodos.
En la puerta, como de costumbre, estaba Francis, mi taxista, lo había contratado para que todas las mañanas a la misma hora me recogiese, pasaba de conducir, no quería llegar aun mas estresado al trabajo.
Francis intenta entablar una típica conversión vacía, sobre el tiempo, deportes, política...tal vez quiera que se me haga mas ameno el viaje, aunque yo me siento como un pobre cerdo, que se dirige al matadero...Fuera, el bullicio recorre enérgicamente las calles, todos con sus asuntos y sus conversiones interesantes por bluetooth, parece que todos ya se habían metido su enema de cafeína y estaban preparados para su magnifico día, donde lo nombrarían empleado del mes, o de la semana, o cualquier chorrada de esas, todos sonrientes, y felices, joder donde coño trabajan todas esas personas, ¿tan ciegos son? yo también querría levantarme todos los días, y no darme cuenta de lo miserable que es mi vida, y salir con una sonrisa estúpida mientras creo que soy importante en mi empresa e imprescindible para muchas personas...pobres ilusos, no saben que el cementerio, está lleno de personas imprescindibles...

y de repente, nada...


Y de repente, nada, todo se escapa, el tiempo, efímero, lo devora todo, la juventud, las ganas de luchar, cansado levanto la vista, me incorporo, y un dolor en las costillas me recuerda que ayer luche bastante, y se me abren 2 caminos, rendirme, y ser como el tiempo, efímero, o luchar, e intentar no ser uno más, no ser un simple minuto más que corre por mi reloj…
Aun así, camino, continuo persiguiendo a la gente con mi mirada asesina, intentando de advertirles de que su final está cerca, y ni siquiera se dan cuenta… están tan ensimismados en su mundo que estas frías y oscuras calles que se tiñen de blanco y negro no les deja ver mas allá… y acaso lo ay? ¿Cómo consigue una persona vidente describir lo que es el horizonte a una nación de ciegos? ¿A caso no sembraría odio y envidia en todos los demás, por ser el único que ve? No ay peor ciego que el que no quiere ver… no ay peor sordo que el que no quiere oír, y no ay mayor necio que el que acata normas sin  preguntarse porque, que vive su vida sin vivirla y que solo piensa en tener una vida que no podrá tener jamás, ¿a caso no es mejor amar lo que tienes y no desear demasiado lo que no? La vida sin metas es imposible, pero si esas metas son demasiado altas, o inalcanzables, la vida deja de serlo para convertirse en calvario. Y eso soy yo intentando explicar mi idea del amor, algo idílico, si, ¿por qué no?  ¿Por qué una idea perfecta no puede llegar a imitarse? Parece lógico que algo perfecto sea digno de imitar, pero no, deseamos eliminarla del mapa, creer en rutinas que no llevan a nada para así estar tranquilos consigo mismo estúpidos, existen tensiones en el amor, pero tensiones que son liberadas por los propios medios del amor, el amor es como un ser vivo, con capacidad de autorrepararse ,   el problema comienza cuando no lo dejamos actuar, cuando nos autoconvencemos de que eso no nos puede estar sucediendo a nosotros, de que nosotros, no podemos enamorarnos… acaso no puedes negar esa sonrisa que te sale al pensar en el otro? ¿A caso puedes negar esa cara de estúpido que se te pone al verlo, a caso puedes negar esa cara de fascinación que se te queda al verla, y que cada vez que la ves, la miras como si fuese la primera vez que la ves? No, no se puede negar eso, es indiscutible, todos nos enamoramos, y por mucho que lo neguemos es el único virus del cual no existe cura, y que cuando menos lo esperemos nos infecta con sus deliciosos efectos, sus sonrisas a cualquier hora, sus secuestros de la mente, que se dedica a viajar por lugares insospechados agarrado de su mano, que nos hace ver a la otra persona de una forma única que nadie más la ve…que hace que abandones a los que te aman para amar….