martes, 15 de febrero de 2011

volver, a mi río...volver, a remar...

Resoplas, una, otra, y otra vez mas, estiras, calientas, empiezas a notar como tu térmica se pega a tu cuerpo y se acomoda como una segunda piel, colocas tu barco, son las nueve y media de la noche, comienza a hacer mucho frío, el termómetro solo marca 9 grados, y con la cabeza mas despejada que nunca, coges la pala con una mano, y el barco con la otra, y lo echas al agua.
Despues de acomodarte en el, sientes como vuelve a abrazarte, como dulcemente te aprisiona y colocas tu cubre para evitar pasar mas frío del necesario, tu cuerpo comienza a sentirse poco a poco mas vivo.
Las primeras paladas, el agua, mas dura que nunca, oyes crujir huesos, articulaciones y algún que otro tendón, no has calentado del todo, pero poco a poco tu cuerpo está entrando en calor. Tras las primeras paladas, empiezas a coger ritmo, tu cuerpo comienza a desprender vapor, el sudor comienza a correr por tu cara, y tras cruzar el puente...
Estas solo, sin nadie al que seguir, sin nadie que te alcance, solos tu, y el río, notas como el gélido viento cuartea tus labios, sabor a metal en la boca debido a la sangre de tus labios cuarteados, el viento vuelve a azotar, tus ojos parpadean incesante mente para evitar que se sequen, y comienzan a lagrimear, solo el sonido del viento en tus oídos, en tu sien retumba el PUM PUM de tu corazón, inspiras, una bocanada de aire puro inunda tus pulmones, PUM PUM, cada vez tus pulmones, mas egoístas piden mas y mas aire, tus hombros, tus biceps, triceps, dorsales, pectorales...trabajan al unísono como los engranajes de una máquina, una máquina perfecta, notas como tu cintura torsiona, cono tu tronco se balancea en equilibrio, como tus piernas empujan la pedalina, como el timón frío se encuentra entre tus pies, PUM PUM. Las manos, entumecidas por el frío toman la forma curvada de la pala de forma instintiva, el frío ha desaparecido, en tu mente solo pasan imágenes, a tan solo 9 grados, y cubierto con una fina tela de unos escasos milímetros pegada a tu piel, luchas por seguir, notas como cada palada impulsa tu barco, notas como se desliza, como avanza...
Todos pueden darle una patada a un balón, muchos pueden correr, o botar una pelota, pero, pocos soportan el frío, la lluvia, el pecho mojado y el sudor en la cara. Pocas personas tienen el afan de superación, la voluntad, la fuerza, la entereza o el valor, pocos, muy pocos...
Verdaderamente los piragüistas, están hechos de otra pasta, ni mejor, ni peor, simplemente, somos diferentes....

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